Acabe de terminar la clase de Sumi-e de los martes. Hoy la propuesta era practicar el bambú, conseguir que el bambú tuviese energía vegetal, que produjese quietud su observación.
El bambú tiene unas pautas muy claras para su ejecución, es uno de los Cuatro Nobles Caballeros. Volvemos cíclicamente a su práctica por su pureza. Es un ejercicio fácil para principiantes y una buena vuelta a la humildad para los estudiantes más expertos.
Resultó muy divertida la clase por la pelea que comenzó entre la búsqueda de la naturalidad y nuestra tendencia a intelectualizar y maniquear lo que pintamos.
Una de las ventajas que tiene Art Meditation Lab es que atrae personas que buscan algo más, que están dispuestos a escuchar otra manera de hacer las cosas. Un regalo cuando toca llamar la atención por cosas como la pérdida de la postura corporal, la tendencia a repetir patrones o simplemente a controlar. Siempre podemos reírnos y asombrarnos de cuando, enseguida que relajamos o creemos que ya lo tenemos, la mente se cuela y nos saca de ese trazo hermosos y fresco.
Qué grande es disfrutar de personas dispuestas a observarse en sus tendencias y salir de patrones encorsetantes para disfrutar más de la experiencia de "ser humano".
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